Lava tus prendas de punto a mano utilizando agua fría o tibia, sin que supere los 20°C.

Añade solo una pequeña cantidad de detergente específico para lana. Ten en cuenta que usar demasiado detergente o uno inadecuado puede hacer que la prenda pierda su forma.

Lava las prendas con delicadeza y evita dejarlas en remojo por más de unos minutos. Al enjuagarlas, no las retuerzas.

Si prefieres lavarlas a máquina, asegúrate de que la etiqueta lo permita. Verifica si tu lavadora tiene un ciclo especial para lana, con un centrifugado suave (400 rpm).

Evita cargar la lavadora en exceso, ya que el roce excesivo podría dañar el tejido.

No uses suavizante en prendas de punto, ya que podría hacer que el tejido se vuelva áspero y menos suave.

Nunca retuerzas las prendas de punto ni las pongas en la secadora.

Para eliminar el exceso de agua, envuélvelas suavemente en una toalla sin retorcer.

Es aconsejable secarlas extendidas sobre una toalla y en una superficie plana, como una mesa o una cama. No olvides doblar las mangas para evitar que se deformen.

Procura no estirar el tejido, ya que la prenda conservará la forma que tenía antes de secarse.

El planchado no es necesario si has lavado y secado correctamente tus prendas de punto.

Sin embargo, si decides plancharlas, asegúrate de tomar las siguientes precauciones:

• Plancha la prenda suavemente y del revés.
• Evita ejercer presión o aplastar el tejido.
• Utiliza siempre una tabla de planchar para mantener la prenda en buenas condiciones.